A medida que pasa el tiempo y yo sigo afrontando las lecciones de vida, me doy cuenta cada vez más que, en ocasiones, nos  complicamos más de lo necesario. Últimamente estoy trabajando en crear relaciones armónicas, perdonarme y perdonar a todos aquellos que me han enseñado valiosas lecciones y se han convertido en mis maestros. No siempre es fácil, a veces se interpone el ego, y también el deseo de tener la razón. Luego recuerdo que no hay necesidad de ello, pues cada uno vive la vida desde su punto de vista. Deseo desde el fondo de mi corazón tener paz y poder conectarme con todos aquellos alrededor mío desde el amor. Me es difícil entender, y no quiero juzgar, como hermanos o amigos dejan de hablarse, o padres  e hijos tienen relaciones basadas en el rencor o la rabia. Pienso que una de las maestrías que tenemos que aprender es a entender que cada uno está en  su proceso,  entregando lo mejor que puede, y que es labor de cada uno continuar avanzando en el camino espiritual. También he podido entender que entre menos cargas tengamos, cargas que no nos corresponden, más ligeros podemos continuar por el sendero del crecimiento y la armonía. Así que mi invitación es a que revisemos la manera como nos estamos relacionando, para liberarnos y estar más centrados. @Sandra Albornoz. 

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