Querido Dios (27)
La coherencia

El concepto coherencia me ha estado rondando estas últimas semanas.

Alguna vez escuché que coherencia era pensar, hablar y actuar al unísono, es decir que todo esté conectado.

Dada mi situación en la que aún estoy esperando, en la que aún no sé cuál va a ser mi tratamiento, y en la que tengo que confiar y tener fé que mi cuerpo está sanando, a pesar de no poder ver a mi interior, la coherencia se vuelve un reto gigante.

A veces me doy cuenta que lo que estoy pensando no es lo mismo que lo que estoy hablando, en otras palabras estoy teniendo pensamientos negativos, pero mis palabras intentan ser positivas. Esto es incoherencia, dado que la energía que hay detrás de las palabras no es la adecuada.

Ser coherente es uno de los retos mayores de la vida. Si uno quiere estar centrado y alineado con Dios y con su propósito, es imprescindible trabajar en la coherencia a cada instante. Y ser coherente en un momento determinado puede significar pensar, decir y sentir rabia, dolor, o tristeza y actuar de esta manera.

Lo importante es tomar conciencia de lo que está ocurriendo en nuestro interior, para poderlo reflejar en nuestro exterior, y continuar trabajando para lograr la paz interior y avanzar en el sendero espiritual.

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