A principios de año me senté en quietud y soledad para escribir las metas del año. Confieso que al principio fue muy retador, dada la incertidumbre de mi situación de salud, pero una vez tomé la decisión de confiar y darme el permiso de soñar, todo fluyó de una manera maravillosa. Creé una cartelera de sueños, donde visualicé todo aquello que quería lograr este año. Una de mis metas principales era la de exhibir mis cuadros…
Ver mis obras anoche colgadas en la alcaldía del Doral, en medio de tantas otras tan hermosas y de grandes artistas, me conmovió hasta lo más íntimo. Observar como otros se acercaban a “contar” los cientos de puntitos que conforman esos mandalas hermosos llenos de simbolismo y anhelos me llenó de alegría. Me reencontré con amigos que no veía hacía muchos años, y otros que siempre han estado ahí, y de nuevo constato que uno de los tesoros más hermosos que uno puede tener en la vida son los amigos, pues con ellos uno siente un amor indescriptible. La noche pasada estuvo llena de magia, felicidad, amor y sueños cumplidos. Quiero invitarte a que te conectes con tu ser interior, le pongas alas a tus sueños y confíes, puesto que Dios está en cada uno de tus pasos, y está en ti en dar el primero, darlo con mucho amor, humildad, y la certeza de que cada cosa que pase en tu vida, es para seguir evolucionando como un ser espiritual hermoso que eres, cuya misión en este planeta es la de estar en servicio y entregar amor. Ayer no solo pude entregar amor, sino también recibir, recibir tanto y tanto que mi alma hoy danza en absoluta gratitud. Gracias Dios por tanto.
